Por Danny Rafael Ureña
Dirigiéndonos al meollo del asunto, de entre los múltiples problemas que hoy padecemos hay tres que, por su magnitud, y a mi pensar, sobrepasan cualquier otro. El primero es la desigualdad a nivel nacional, problema que incluye la pobreza de la mayor parte de los habitantes de esta isla; la muerte prematura de cientos de jóvenes; los fenómenos migratorios de los dominicanos hacia otras naciones, y por otro lado, los nacionales haitianos, hasta nuestros territorios en busca de lo que nosotros mismos no tenemos, bienestar económico; las abusivas reglas dictadas por el Norte en relación al comercio internacional; etc.
El segundo pertenece a la sostenibilidad y racionalidad de los recursos económicos y del medio: el actual modelo de desarrollo económico y civilizatorio no es sostenible, lo cual ha de desembocar necesariamente o en la destrucción de estos recursos a medio-largo plazo, o en una crisis que nos hará retroceder un par de siglos por lo menos, o en guerras de rapiña sin fin, o todo ello conjuntamente. Maravilloso legado para nuestros descendientes.
El tercero, igualmente grave, concierne a la crisis de la democracia. La democracia limitada de de nuestros partidos políticos, está herida; esperemos que no sea de mortal.
Y podría preguntarme: ¿Es posible trazar una línea de resistencia a la degeneración de la política? ¿Cómo exorcizar la tentación del absentismo? ¿Cómo detener la deriva suicida de la apatía? ¿Cómo inmunizar contra la indiferencia? ¿Con qué anticuerpos? ¿Cómo acercar, en definitiva, la política al ciudadano?
Buenas preguntas. Sobre todo, si nos las hacemos a la luz de cosas que han pasado en estos días, y están pasando en nuestra comunidad. Por ejemplo, los derrumbes que tiene la carretera desde gaspar hernandez hasta tenares; y a nivel nacional el bochornoso espectáculo dado en la sablea revisora de la constitución, la cual tienen que esperar líneas, para aprobar y deliberar a favor o no de una ley. ¿Es así cómo va a regresar la ciudadanía a la política?
Y termino haciéndome otras preguntas:
¿Por qué está tan lejos la clase política de lo que realmente quiere, piensa y siente la gente? ¿Por qué los "representantes" están tan lejos de los "representados"?
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