Por J. Echevarria: El otro día, una amiga que colabora en una escuela en un barrio pobre me contó que a un niño le preguntaron el oficio de su padre y respondió: ladrón. La honestidad infantil impresiona, la realidad aterra. En República Dominicana actualmente ni el ambiente escolar ni el socioeconómico-cultural conducen a una buena formación educativa. El 4% del PIB para la educación debería convertirse en un slogan nacional hasta que se logre, y junto a ello las reformas educativas. No deben aceptarse excusas ni engaños de los funcionarios gubernamentales de República Dominicana, pues ellos son los primeros corruptos que se roban el dinero del pueblo y quieren aparentar ante todos que les importa la educación, la moral y las buenas costumbres de los mas pobres.
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