
En el principio está la palabra como única representación. No simplemente como signo, puesto que no hay antes, nada que representar.
He celebrado las conquistas humanas en término profesional y cada día, aunque no lo demuestre, he afianzado en mi, la seguridad en Dios.
Como hombre, he vivido en lo cotidiano: como sastre, como maestro y como un ser humano cualquiera, quien no tiene temor por lo que hace, sí, por lo que no puede hacer cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario